miércoles, julio 16, 2008

El jarro , la ministra y el agua.



En estos tiempos claves para la educación de nuestro país, los acontecimientos que ocurren, como consecuencia de las visiones copulares y tecnocráticas del gobierno, generan tensiones frente a una “convivencia democrática” y un “gobierno ciudadano” que sólo existe en forma escrita.
Creo importante compartir las siguientes reflexiones que dan cuenta del doble estándar del gobierno frente a situaciones de impotencia a las políticas autoritarias de esta supuesta democracia “participativa” genera.
Ya se inició la persecución a Música Sepúlveda Cavieres por haber lanzado un jarro de agua a la ministra de educación, los diversos sectores políticos del bloque dominante han cerrado filas con la ministra; Alcaíno y Zalaquett, miembros de la alianza por Chile, defienden a la ministra de la concertación. Es que en estos casos lo que importa es que no se vuelva a cuestionar al poder y a la autoridad de la clase política, de la burocracia recalcitrante que vive gracias a los dineros de todos los chilenos que chupan del Estado.
Cuando Carabineros asesino a Rodrigo Cisterna, la presidenta pidió calma, cuando se asesino a Cristian Castillo en Peñalolén a manos de un carabinero nuevamente los políticos y medios de comunicación a fin con los intereses de los poderosos hicieron del silencio su respuesta.
Cuando Pedro Sabat agrede a Luzio Vega en Chilevisión muchos de estos políticos lo entendieron o abiertamente apoyaron, nadie pidió que cesara en sus funciones de alcalde, tampoco ocurre esto cuando en el congreso se agarran a combos. Pero cuando una estudiante lanza agua a la Ministra no es lo mismo, inmediatamente los poderosos cierran filas; la alianza y la concertación demuestran que sus diferencias son una simple pantalla o que, a lo más, son tan solo valóricas, pues finalmente defienden a rajatabla sus posiciones como semidioses que deciden el futuro del país en casa piedra para luego legislar a puertas cerradas en el congreso, de escuchar las necesidades del mundo social…ni hablar.
Ahora Alcaíno pide la expulsión de la estudiante, pues los poderosos no pueden aceptar que los de abajo, los descamisados, los jamás escuchados, los siempre oprimidos se rebelen. Porque hoy será un vaso de agua y mañana les pedirán que den cuenta del saqueo que han hecho de los recursos públicos y pueden pasarles la cuenta por imponer un modelo económico que ha significado deudas, alzas y mercantilización de los derechos para la mayoría de los chilenos.
Se acusa a la estudiante de ser violenta, pero olvidan que la violencia nace del sistema económico y de la represión del estado: violencia son los bajos sueldos, violencia son las alzas, violencia son las drogas en las poblaciones, violencia es negar el estudio a quienes no poseen el dinero suficiente para pagar una carrera universitaria (que cuesta anualmente 10 sueldos mínimos en promedio).
Violencia es la que sufre el pueblo mapuche y la represión a los trabajadores cuando inician una huelga. Violencia es la represión policial que sufren cientos de estudiantes y profesores en las manifestaciones contra la educación de mercado en donde las golpizas por parte de carabineros son comunes: gases lacrimógenos, agua con químicos tóxicos, atropellos con carabineros en motocicletas, golpes puño, lumazos, golpes de la policía montada con las fustas, llegando la violencia de los poderosos a secuestrar dirigentes estudiantiles para amenazarlos. De esto el bloque de poder de la alianza y la concertación no dicen ninguna palabra.
No, la actitud de la estudiante no es violencia, es la acción de todoslos agredidos por este sistema que se ven identificados en ese jarro de agua, que ven al menos que la dignidad no se quiebra, ni con las amenazas, ni con la represión. Es la actitud comprensible de quienes, día a día, sufren en una vida hipotecada, es la respuesta a esa nube negra que colocan los poderosos entre el futuro y nosotros, entre nuestros sueños y la triste realidad de una sociedad en donde la violencia es cotidiana, tanto física, económica y simbólica (recordemos como los medios de comunicación repetían una y otra vez el video donde Carabineros asesina al trabajador forestal Rodrigo Cisterna, como para advertir, y así disciplinar, a todos los excluidos y explotados).
Si para ellos un jarro es violencia, para los que sufrimos los golpes de su represión es alegría.
No dejemos que los poderosos transformen a Música en una mártir del movimiento estudiantil, todos somos Música, todos admiramos su alegre rebeldía por una educación y un mundo mejor.
Solo la lucha nos hará libres.

FRANCISCO PLAZA MELLA